Mandy comenzó a echar curriculums a todas las tiendas y
bares por los que pasaba, su maquillaje no era tan siniestro, ni representaba
una fachada de fortaleza, ahora iba mas natural y femenina, incluso se la veía
indefensa, con esa mirada perdida, era incapaz de apartar sus pensamientos de
lo que la estaba sucediendo, pero ella intentaba ser mas activa, intentar no
centrarse tan solo en el problema ya que si no ella acabaría loca.
-la culpabilidad de la muerte de tu hermana es una carga innecesaria.
Mandy rápidamente alzo la mirada, era aquella señora del
salud mental.
-gracias señora por avisarme, no se como agradecerlo.
-no tienes porque, tu hermana te a salvado de aquella
persona que te secuestro, pero a raíz de eso ella sintió como que no tenia nada
mas que hacer para protegerte, había un espíritu que os seguía muy de cerca, un
alma llena de ira y venganza que tu as llamado, pero la presencia de tu hermana
le hacia mantenerse indefenso, así que al purificarse el alma de tu hermana y
desaparecer el aprovecho para manifestarse.
-¿pero quien es el?-dijo preocupada
-yo no te lo pudo decir, tan solo se que sigue muy de cerca
tus pasos, ahora mismo también se
encuentra aquí, observándonos, pero sus intenciones no son nada buenas.
-y ¿que puedo hacer? Dime…-dijo desconsolada
-debes ir a este lugar y decirles que vas de mi parte-la
señora le entrego una tarjeta con una dirección y un nombre.-ahora e de irme.
-¡espera!... aun no me dijiste tu nombre…
-perdón se me olvidaba mandy
Mandy puso una cara de asombro
-mi nombre es Mariam.
Mandy tras un descanso que se tomo después de entregar
aquellos curriculums se dirigió a aquella dirección que le entrego Mariam,
estaba un poco asustada ya que el ambiente desestructurado de aquel lugar donde
se encontraba aquella tienda oculta, le daba la sensación de que cualquier
persona que la mirara estaría dispuesta a atacarla o robarla.
Tras unos minutos mandy entro al lugar, era un poco
siniestro y oscuro, pero se percibía un buen aroma a incienso.
Ella hizo exactamente lo que Mariam le ordeno, entonces
entablo una conversación con un exorcista llamado John, era de orígenes
latinos, a ella le impresionaba sus rasgos tan marcados, si le ponías dos
pintadas en las mejillas y una corona de plumas era exactamente igual a
aquellos indios de las películas del oeste que recordaba ver de niña junto a su
padre.
Al final acordaron de que esa misma noche iría para entablar
un ritual, un exorcismo para expulsar aquel ente que ella emboco, ¿pero embocar
de que manera? Todos aseguraban de que ella lo atrajo, que ella fue quien le había
llamado, pero nadie le explicaba como.
Tras salir de la tienda recibió una llamada, era de la policía.
Le anunciaron que su madre había fallecido, bueno mas bien se había suicidado y
que cerca de su cuerpo dejo una nota donde ponía: (LLAMEN A MI HIJA MANDY,
QUIZAS TAMPOCO LO COJA, COMO BURLO LA MUERTE
DE SU HERMANA, QUIZAS LA FAMILIA NO SEA DE GRAN
IMPORTANCIA PARA ELLA. YO YA PERDI UNA HIJA, Y LA
OTRA SE MANTUBO POR UN TIEMPO DESAPARECIDA.
YO PERDI UNA HIJA Y NO TUBE A NADIE QUE ME CONSOLARA, HACE POCO RECIBI UNA
LLAMADA DE UNA PERSONA QUE ME OBLIGO A RECORDAR
) lo siguiente a eso era un numero telefónico, supusieron los policías
que era el de mandy.
Mandy sintió un poco de desigualdad por unos instantes, pero
en el momento de que su mente lo recapacito, dentro del autobús que le dirigía
a su casa comenzó a llorar, la gente la miraba, algunos con cara de “ya están
dando el espectáculo” otros con cara de nostalgia, pensando que la abría
ocurridos, y otros directamente mostraban indiferencia pero en ese momento era
poco lo que le importara que estuvieran los demás pensando.
Antes de entrar en su casa, con la llave ya enganchada en la
cerradura mandy recibió otra llamada, desesperada se puso a buscar en su bolso
el teléfono, tras encontrarlo y descolgar la llamada vio que era un cliente, un
cliente nuevo con el cual ella nunca había tenido contacto, mandy realmente no
tenia ganas de hacer ningún trabajo, pero antes de rechazarlo se lo pensó dos
veces, necesitaba algo de dinero para pagar los servicios de aquel chaman.
Tras aceptar la oferta mandy paso a su casa, se ducho y se
puso su traje gótico para el servicio que tenia que realizar.
De alguna u otra manera sentía como la intensa atmosfera de
terror y angustia que se percibía en su casa había desaparecido, pero bueno la
verdad que no tenia tiempo para centrarse en ello.
Mandy tras maquillarse, salio de su casa y se dirigió al
punto de encuentro.
Era un señor con una cara agradable y le transmitía buenas vibraciones,
por un instante ella se pregunto ¿Por qué abra solicitado mis servicios? Se le
fueron todos los miedos y las angustias.
Una vez dentro de la habitación del hotel, el cliente por
primera vez desvistió a mandy, la forma de desvestirla era entre suave y
respetuosa, ella se sentía como en una película francesa donde destacaba la
sensualidad y el amor.
Realmente se sentía a gusto, como si fuera una reina,
incluso dudo de si se podría enamorar de el, eso seria imposible ya que ni
siquiera le conocía y el tan solo quería lo que otra mujer, seguramente en su
casa no se lo daba, o ya se había aburrido de ella.
Ella estaba un poco confusa e incluso el cliente a ver su
actitud tan pasiva le llego a preguntar si era su primera vez.
“¿y ahora que? ¿me toca desvestirlo a el?” se pregunto
mandy, pero de pronto el cliente al ver la lentitud en el asunto que mostraba
mandy, comenzó a desvestirse solo, mientras marcaba una falsa sonrisa en su
rostro.
A mandy le empezó a preocupar la situación, empezó a ver en
el algo siniestro, pero no sabría decir el que o definirlo.
Al fin y al cabo era su trabajo, no podía rechistar, tan
solo rechazarlo y aceptarlo, o poner unas normas.
Pero una vez empezado no podía rechazarlo por un pensamiento
esporádico.
Mandy le agarro de los hombros, y como en una forma vanidosa
pensó, “ahora me toca mostrarte porque soy la mejor” mientras con unos lentos y
suaves besos iba bajando por su torso, en algún que otro beso marcaba su mandíbula
haciéndole una pequeña mordedura.
Tras llegar al miembro erecto lo lamió, de una forma un
poco parecida a una inexperta.
Pero en el momento de introducírselo en la boca la cosa
cambio, absorbía con la fuerza necesaria, y su lento movimiento de cabeza hacia
delante y hacia atrás, hizo que el cliente soltara un fuerte gemido amarrándola
fuertemente de la cabeza olvidándose de su postura caballerosa.
Mas tarde mandy se subió
encima de el, y empezó a mover su cadera en formas circulares, pero el
cliente la agarro fuertemente de la cintura tirandola a la cama y siendo el
quien se ponía encima, claramente quería marcar quien tenia que dominar.
Mientras se unía el uno con el otro, sus cuerpos parecían
retomar una danza y sus gemidos seria el canto.
Cuando finalizaron por fin el ritual de falso amor, sus
cuerpos sudorosos se separaron el uno del otro, dejándose caer el cliente al
otro lado de la cama y los dos marcando la mirada en el techo con una fuerte respiración
intentando acaparar todo el oxigeno que se encontraba en la pequeña habitación del
hotel.
De pronto mandy giro la cabeza para mirar a su cliente,
entonces vio como se le oscurecía el rostro reflejando una calavera, pero no
duro mas de 2 segundos, mandy se quedo por un momento paralizada y al reaccionar se tapo la boca para evitar chillar.
Pensó que podía ser el eco de su imaginación por todo lo que
últimamente la sucedió.
Miro el reloj marcaban las 20:45, estaba tan cómoda que se había
olvidado del exorcista, pero al ver la hora se lo recordó.
Mandy se levanto de la cama de un salto casi tropezando,
dando unos cuantos saltos se ajusto su falda, mientras le decía al cliente. “se
me hizo tarde lo siento, e de marcharme, si puedes ve pagándome.” Antes de
ponerse el corsé giro la cabeza con una dulce sonrisa.
Pero al girar la cabeza vio que donde antes estaba su
cliente había una especie de mancha como de petróleo creando su silueta.
Mandy se asusto tanto que su sonrisa se convirtió en una
mueca de horror, soltando aquel alarido que antes se guardo y obligándola a echarse
un poco para atrás.
De pronto miro a la mesilla que había cerca de la cama, vio
un fajo de billetes los agarro y cogió la ropa que le quedaba distribuida por
el suelo de una manera rápida, por un instante se equívoco y cogió la camisa
del cliente, al levantarla vio como se
iba transformando en una especie de ceniza que al mismo tiempo iba
desapareciendo sin dejar rastro, fue tal el susto que le obligo a mandy a salir
de aquella habitación, dejándose las grandes botas con sus enormes plataformas
dentro, y haciendo que se terminara de vestir en el ascensor.
Una vez en el autobús, todas las sombras de la calle las
evitaba mirar, parecían monstruos abalanzándose sobre ella.
Agarro fuerte su bolso, y con los pulgares jugaba a una
especie de pulso chino, mientras que con la cabeza agachada y los ojos cerrados
tarareaba una canción.
Casi se paso su parada, pero al escuchar el nombre de estación
por los altavoces, abrió rápidamente los ojos y salio corriendo olvidándose de
las personas que también se encontraban en el autobús.
Al bajar alzo la mirada por un instante y vio a John, sintió
un fuerte alivio y al mismo tiempo emoción, se le saltaron las lagrimas de los
ojos y salio directa hacia el, lo abrazo tan fuerte como miedo había sentido y
le empezó a explicar lo ocurrido.
John por otra parte no tenia ninguna otra sospecha, que la
de que el alma en pena que seguía a mandy era cada vez mas potente.
El estaba seguro de que era aquel extraño ser errante, que
era incapaz de dejar en paz a mandy, pero no llego el momento de decírselo a lo
que el solo le contesto… “ya paso.”.
Mandy se seco las lagrimas, y e dirigió hacia su casa, una
vez allí John se puso su traje, y empezó a adentrar humo del incienso por todas
las habitaciones mientras chillaba una especie de frases que mandy sospechaba
de estar en otro idioma, quizás en español o un dialecto de su tierra, la
verdad que mandy no sabia de ningún idioma y todos le sonaban igual, a chino.
Tras terminar con el incienso encendió unas cuantas velas y
dibujo sobre los pies de mandy un pentagrama, donde ella estaría en el centro.
El ritual seguía y seguía, pero mandy estaba tan nerviosa,
que la verdad no estaba muy atenta, incluso llego a pensar por unos segundos
que se trataba de un estafador.
De pronto los cristales de las ventanas se rompieron, todos
a la vez dejando pasar una brisa de aire que apagaría todas las velas encendidas,
y casi seguido todas las persianas cayeron sin dejar entrar ni una gota de luz,
mandy casi sin pensarlo se puso a chillar, mientras que John intentaba relajarla
diciendo que aquello era normal.
Mandy rápidamente se desmayo, y callo dándose su cabeza con
el suelo, en ese mismo momento, al perder el sentido, mandy empezó a viajar
como a otro tiempo.
Comenzó a verse unos 6 meses antes intentando con unos
amigos suyos aterrados jugar al clásico juego llamado ouija, pero nunca conseguían
contactar con nadie.
Apartar de ese momento intento hacerlo ella sola en su casa,
aparte de intentar embocar gente por el espejo pronunciando 3 veces los
nombres, pero todo era en vano.¿O no?
Pues al parecer no, ya que empezó a ver como una energía se
quedaba junto a ellos justo en el momento que todos dejaron de intentarlo, esa
misma energía fue quien hizo como una especie de empujón a su hermana mientras
estaba de vacaciones en la playa, haciéndola caer por un precipicio.
Mandy empezó a sentirse culpable, vio que por su culpa su
hermana había muerto, que por su culpa su madre se había suicidado.
Entonces se fijo en aquel extraño hombre, era aquella misma
persona que horas antes había contratado sus servicios, ¿pero como era posible?
Mandy empezó a sentir el terror desde bien adentro, todo era
mas oscuro de lo que ella jamás hubiera imaginado.
Entonces vio como de pronto el espíritu intento atacarla, y
como después de morir su hermana, su alma se apego a ella, con la única misión
de protegerla.
Como después de protegerla su alma fue a un lugar mejor dejándola
a merced de un alma negativa.
Pero de pronto viajo a un pasado desconocido, no era el Sullo,
si no el del espíritu que ella había embocado.
Veía que era un hombre agradable, siempre atento y cuidando
de todos aquellos que estaban a su alrededor.
De pronto un día enfermo, y en su lecho de muerte se vio
solo, sin nadie, después de haber entregado su vida a los demás, sintió que su
vida no fue realizada.
Al poco tiempo fue olvidado por los vecinos de su pueblo y
su alma vagaba en soledad.
¿pero como era posible su sed de venganza? ¿acaso el macabro
juego podía transformar las energías positivas en negativas?
De pronto mandy vio como se le acercaba aquel extraño que
estos últimos días la había atormentado, pero ya no le transmitía tanto miedo.
El le pidió ayuda, pero mandy no sabia como dársela, ella
tan solo esperaba que aquello acabara.
De pronto mandy volvió en si, vio como aquel chaman estaba
agotado, mandy tan solo le pregunto “¿todo a acabado? ” a lo que el chaman negó
con su cabeza.
Mandy se fijo bien en John, parecía que poco a poco se iba
adentrando al suelo, desapareciendo poco a poco las partes de su cuerpo, como
si se adentrara al infierno.
De repente una cadena se escucho detrás de mandy, ella sin
dudar giro la cabeza.
Entonces vio aquella especie de sombra y se vino la imagen
de la primera vez que la vio, volvió a sentir la misma sensación, mientras resonaban
por todas las paredes “¡¡no me ayudaste!!”
Mandy no sabia a que lugar mirar, cuando de pronto escucho
un extraño ruido, como el de los huesos al partirlos con un cuchillo para trocear
el pollo.
Se miro el pecho y tenia una enorme estaca en el pecho, como
si ella fuera un vampiro, era la pata de una mesa, que aquella energía malévola
le había lanzado, para que se despidiera de la vida.
Mandy cerro los ojos y se entrego al sueño profundo,
mientras al mismo tiempo su ultimo pensamiento fue, esto fue lo que siempre
ande buscando.
Su alma alcanzo su luz, su destino y se libero, dejando en
soledad aquel extraño ente que tan solo buscaba un poco de compañía.